Cofradía del Señor de la Humildad, Soledad de Nuestra Señora y Dulce Nombre de Jesús (Tres de la Tarde)

HISTORIA

El silencio se ha apoderado de las calles de Granada. Cristo ha muerto. Son las tres de la tarde, en las calles murmuran aún las sombras de la muerte que recuerdan el misterio de la Pasión del Hijo del Hombre. Su Madre, en su Soledad, nos llega al Campo del Príncipe, y el Realejo se hace Granada y Granada, realejo para acompañar su dolor.

Corre el año 1679 y Granada sufre una epidemia de peste (comentada anteriormente al hablar de la Hermandad del Cristo de San Agustín y el voto de la ciudad). En este caso concreto, los vecinos del barrio del realejo como muestra de agradecimiento a Dios por la remisión de la epidemia y su escasa incidencia en esta parte de la ciudad, dispusieron crear una Asociación de devotos entorno al Crucificado de los Favores. La imagen del Cristo de los Favores que se encuentra en la plaza está tallada en piedra de Sierra Elvira y fue elevada en 1640 en la cercana plaza del Realejo alto, siendo trasladada a su ubicación actual en 1682.

En ese mismo año, el Arzobispo de Granada, D. Bernardo de los Ríos y Guzmán, concedió a todos los que rezaran ante dicho monumento “un Padrenuestro y un Avemaría, cuarenta días de indulgencias”.

Dos siglos mas tarde (1884) se publica en el Boletín Oficial del Arzobispado de Granada un decreto en el que se cita textualmente “Recomienda que es grato a Dios rezarle en el Campo del Príncipe cinco Padrenuestros en recuerdo de las cinco llagas de la Pasión y Muerte del Redentor y tres Avemarías en recuerdo de las tres horas que pasó la Madre al pie de la cruz”.

La primera vez que la Soledad de Nuestra Señora acudió al Campo del Príncipe para estar presente en este multitudinario acto fue en 1926. Ese día se hizo el tradicional ejercicio de “Adoración a las Cinco Llagas” (que se hacía desde tiempo atrás ante el Cristo de los Favores) y desde allí, se partió en dirección al cercano Penal de Belén, donde cuentan que “los presos le cantaron saetas”. En esa salida, como comenta Antonio Padial en el número 31 de la Revista Gólgota, la imagen transitó por la Calle de los Monteros, Señor, Cuesta del Pescado, Paseo del Salón, Carrera de la Virgen, Campillo, San Matías, Jesús y María, regresando a su templo.

El campo del príncipe (llamado por los árabes “Campo de Albunest” (Abu l’Nayd = de la loma) formaba parte de unos terrenos de los reyes granadinos. En 1497 el municipio dispuso que en este sitio se allanase “un campo para alegría de las bienaventuradas bodas del Príncipe nuestro Señor”.